Mata sigue pidiendo plata.

El detractor y falso maestro quiere “benevolencia” para que individuos o iglesias de Cristo le paguen “sustento” y “abrigo”; pero también “escuela”, “servicios”, y un indefinido, “etcétera”. He aquí la evidencia:

¿Es bíblico ayudar para “escuela”, “servicios”, y “etcétera“; y todo, según él, por dedicarse a la predicación? El sinvergüenza había dicho que jamás pediría dinero para dedicarse a la predicación, y que no era necesario recibir dinero para predicar. Dijo que viviría de sus estudios y de sus talentos. Sin embargo, y habiendo olvidado ese piadoso discurso, deja esa “gloria” y busca obtener dinero a como dé lugar. En su afán por no dedicarse al oficio del que dijo ser “excelente” y con muy buenos resultados para vivir, monetizó sus videos, luego reculó, para después agredir a iglesias e individuos y tacharlos de “tacaños”, “avaros” y lanzar amenazas de que se iban a ir “al infierno” por no darle dinero. Como eso no resultó como quería, ahora está pidiendo benevolencia.

El tema del dinero ahora está siendo recurrente en las publicaciones del detractor y falso maestro Fernando Mata, pero no para señalar que el ministerio debe ejercerse gratuitamente, o para presumir que él jamás viviría de la enseñanza bíblica, sino para pedir, pedir y pedir. Ha usado ya diversos trucos para pedir dinero. Primero, cambió su discurso para decir que sí era legítimo que el predicador viva del evangelio. No dio resultado. Monetizó sus videos, supuestamente, como acto de venganza contra los que lo atacan; pero, resultó más caro el caldo que las albóndigas. Bueno, entonces, si no me dan dinero, ya no hago más publicaciones. No resultó. Entonces, si no me dan dinero, son tacaños, avaros y van a la condenación. No resultó. Bueno, pues, a llorar, pidiendo benevolencia. ¿Lo ve? El tema del dinero, es asunto recurrente, pero, con el afán de hacerse de él, sabiendo que, personas fanáticas, estarán dispuestas a dar lo que sea por su fanatismo. Allí los tiene, idiotizados con el cuento de que es un predicador fiel, cuando no lo es. Con el invento de que es cristiano, cuando no lo es (pues no ha obedecido el evangelio que predica). Con el cuento de que la benevolencia es para suplir escuela, servicios y un indefinido “etcétera”. Lo interesante, es que esa publicación donde pide dinero, no hace discriminación diciendo, “los que creen o comulgan con los institutos anti bíblicos, o de la ofrenda para los no santos, o que el no cristiano debe de bautizar, o que sean miembros en iglesias liberales, no me manden. No me mande nadie que crea, practique o comulgue con quienes tienen errores doctrinales. No me manden si tiene comunión con Wayne Partain, o Gardner Hall, o con los falsos“. En eso, el detractor no hace distinción, no importa de dónde venga el dinero.

ACTUALIZACIÓN.

Nos hicieron llegar la “oferta” que el detractor ahora ofrece para cierto contenido “exclusivo” de estudios bíblicos ofrecidos en la página de la “iglesia de Cristo en León, Guanajuato”. Pero, ese contenido “exclusivo” es para los que le dan DINERO. Además, otro servicio que ofrece esta empresa, es la de ofrecer “prioridad” en atención a quienes le ordenen determinado estudio bíblico. He aquí la evidencia:

Desde luego, la manera de justificar esta “oferta exclusiva”, es el pretexto del “agradecimiento”; pero, ¿desde cuándo el agradecimiento implica un beneficio exclusivo, que según el detractor, es algo que fue diseñado para todo el mundo? ¿Entregó Pablo cierta predicación o enseñanza con acceso exclusivo solamente para los Filipenses, o para las iglesias que le sostenían económicamente? El detractor se ha dedicado a criticar y juzgar como pecadores a quienes venden libros o videos con clases bíblicas, pero ahora, con el disfraz del “agradecimiento”, hace la misma cosa. El efecto es el mismo. Un hermano que compra un libro o una clase bíblica en video, no hace otra cosa sino recibir exclusivamente dicho material, y el detractor hace lo mismo, hace llegar estudios bíblicos exclusivos para quienes le envían dinero. Esto, desde luego, es para atraer a los desapercibidos que, finalmente terminarán participando en su pecado de hipocresía, pagando por un servicio exclusivo de aquello que, según el detractor, debe llegar a todo mundo GRATUITAMENTE. Pero, lo más patético del asunto, es que el detractor no solamente disfraza esta venta de material bíblico, sino que termina haciendo lo que dijo que jamás haría. Él dijo que jamás, ni nunca recibiría dinero por predicar, ¡Y ahora lo recibe! ¡Y de qué manera! Para que el detractor sea consecuente con su doctrina y escrúpulos, debe evitar recibir dinero por predicar, y vivir del oficio que dice tener. Si no, entonces es un engañador, un mentiroso que se aprovecha de las necedades de muchos. ¡Es increíble tanta desvergüenza! 

En seguida, mostramos una compilación de sus declaraciones, para luego mostrar su inconsistencia e hipocresía.

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