¿Un bautizador no es parte del plan de salvación?

Quienes están promoviendo “un evangelio diferente” (Gálatas 1:6), exponen su confusión al decir que el “bautizador no es parte del plan de salvación”. ¿Cómo es eso posible? ¿Cómo que el bautizador no es parte del plan de salvación? Si el “bautizador” no es parte del plan de salvación, entonces esperan que el inconverso que cree en Cristo y se arrepiente de sus pecados, ¿se bautice a sí mismo? ¿Es eso lo que la Escritura manda al inconverso? ¿Qué dice la Escritura?

En Hechos 22:16, a Saulo de Tarso se le ordenó, diciendo, “hazte bautizar”, del verbo imperativo en voz media, “βαπτισαι”; por tanto, si Saulo debía hacerse bautizar, ¡un bautizador es requerido! Ananías no tenía ningún problema en decir a Saulo que se bautizara él mismo, ¿verdad? Pero, dado que Ananías le ordena hacerse bautizar, esto nos dice que un bautizador se necesita para cumplir con dicha declaración. Si Ananías predicaba el plan de salvación correcto, entonces es correcto decir que con el bautismo viene implícito un agente activo que lo realice.

En Hechos 2:38, Pedro dijo, “sean bautizados”, del verbo imperativo en voz pasiva, βαπτισθητω; luego, un bautizador es implicado. Aquella multitud en Pentecostés entendió que alguien los tenía que bautizar. Por eso, en el versículo 41, dice que “fueron bautizados”, del verbo aoristo pasivo, εβαπτισθησαν. Alguien los bautizó, por lo que no es difícil concluir que un bautizador es requerido cuando el bautismo es mandado al pecador. En consecuencia, es un terrible error decir que el “bautizador” no es parte del plan de salvación, dado que, según el Nuevo Testamento, un bautizador se requiere para hacerse bautizar, para ser bautizados y al ser bautizados.

La inclusión del “bautizador” en el plan de salvación se hace evidente en Marcos 16:16, donde Jesús dijo, “El que creyere y fuere bautizado, será salvo”. La expresión, “fuere bautizado”, es del participio pasivo, “βαπτισθεις”, por lo que, si el que será salvo, es uno que ha creído y ha sido bautizado, luego un bautizador fue necesario. Jesús dice que el que ha de ser salvo, debe ser bautizado por alguien, por tanto, decir que el bautizador no es parte del plan de salvación, es hablar en contra de lo que las Escrituras enseñan. Es hablar en contra de lo que Jesús y sus apóstoles mandaron y enseñaron.

Los promotores de este “evangelio” confuso y pervertido, no se dan cuenta que al decir que el “bautizador” no es parte del plan de salvación, en el proceso sacan al bautismo mismo del plan de salvación. Usted no puede sacar uno y dejar al otro, porque ambos componen el mandamiento de ser bautizado. El bautismo bíblico se compone de dos elementos: “agua” y “bautizador”. Para que el pecador obedezca el mandamiento de hacerse bautizar, requiere “agua” suficiente para ser sumergido, y requiere a un individuo que lo sumerja en el agua. Por tanto, si agua se requiere, luego el bautizador se requiere. Si usted quita a uno de estos elementos, el inconverso no puede hacerse bautizar en agua. Así que, como usted puede ver fácilmente, el bautizador es parte del plan de salvación.

Quienes niegan que el bautizador es parte del plan de salvación, cuelan el mosquito y tragan el camello con su evangelio pervertido. Por un lado, afirman que el inconverso debe hacerse bautizar por un “varón cristiano”, y por otro, dicen que “el bautizador” no es parte del plan de salvación. Cuando dicen que el “varón cristiano” es el “bautizador autorizado” divinamente, y que “solamente un varón cristiano” es quien PUEDE Y DEBE bautizar, cuelan el mosquito, legislando algo que la Biblia no legisla, es decir, la CLASE de bautizador. Pero luego, tragan el camello, cuando niegan que el bautizador es parte del plan de salvación. Sacan del plan de salvación, lo que Dios sí incluyó, un bautizador, y meten al plan de salvación, lo que Dios no incluyó, es decir, la CLASE de bautizador. Ellos contienden por cierto TIPO de bautizador, contienden por el sexo del bautizador, contienden por la condición espiritual del bautizador, pero al mismo tiempo lo sacan del plan de salvación. Contienden por lo que es irrelevante, y tienen en poco lo que es relevante.

¿Se atrevería usted a decir que “el agua” no es parte del plan de salvación, cuando Dios mandó el bautismo? De seguro que no; sin embargo, al mismo tiempo usted entiende que el río, el mar, el baptisterio, la temperatura o la condición del “agua” son cosas circunstanciales no incluidas en el plan de salvación. Pues de la misma manera, Dios requiere de un bautizador cuando mandó el bautismo, mientras que el sexo, la condición espiritual, la raza y el estamento del bautizador son cosas circunstanciales que no son parte del plan de salvación, y que se determinan en razón de diversos principios bíblicos y circunstancias accidentales al momento de que el pecador se haga bautizar.

Es lamentable que existan predicadores de ocasión, que pontifiquen de temas que no entienden, “queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman” (1 Timoteo 1:7). Que Dios nos guarde de los escrúpulos sectarios.

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