15. Conclusión.

Cuando hablamos de testigos, ahora no solo podemos hablar de uno o dos testigos, sino de muchos testigos que han visto, leído y escuchado las diversas evidencias que, de manera fehaciente y contundentemente, han mostrado que Fernando Mata, se ha ganado a pulso y con mucho empeño, el que uno lo identifique como un detractor y falso maestro.

El documento que publicó en contra de Luis Barros y su servidor, en la página de la secta, “La Única Iglesia Verdadera“, es un libro lleno de maldad. Es increíble cómo es que uno que se hace llamar a sí mismo “El siervo escogido del Dios Todopoderoso“, tenga la temeridad para recopilar, en un solo tomo, el conjunto de mentiras, chismes y falsedades que durante varios años estuvo distribuyendo en una variedad de virulentos videos en el canal de YouTube de la secta antes mencionada. Lo lamentable es que muchos que se creen fieles a la voluntad de Dios, se prestaron para ese circo perverso. Se prestaron para chismear, mentir, tergiversar y vomitar todo su odio contra Luis Barros y su servidor. Se aliaron con un megalómano que, por querer hacerse notar, lo cual logró entre muchos desapercibidos y pobres de juicio, se dedicó a celebrar esta campaña que incluso ha sido auspiciada por otros que, según ellos, con muy buenas intenciones, se involucraron en un asunto que terminó arrastrándolos al pecado de este detractor.

¿Qué hará el detractor y falso maestro Fernando Mata? ¿Se arrepentirá de toda esta maldad que he expuesto con lujo de detalles en su nefasto documento? ¿Hará una campaña ahora para restituir el gran y peligroso agravio que ha cometido? Yo no lo creo, pues el hombre está preso y cegado por su orgullo y vanidad. Y aunque ahora pretenda hacerse el humilde, y hablar de “amor, comprensión y ternura”, serán unos completos despistados quienes crean en ese truco tan viejo y, además, diabólico (cfr. 2 Corintios 11:14-15). Por tanto, advertidos están aquellos que comulgan, promueven y apoyan de cualquier manera posible, a este individuo que ha llegado a ser peor que Diótrefes, Alejandro el calderero y Judas Iscariote juntos. Usted es libre para seguir comulgando con él, pero no por eso inocente.

Lorenzo Luévano Salas.

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