“Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque”.
Eclesiastés 7:20.
El detractor y falso maestro presentó el caso de Bill H. Reeves en contra de su servidor y de Luis Barros, cometiendo una falacia de autoridad, por la que, dado que Bill H. Reeves cortó comunión a Luévano por andar con un hermano de mala fama, el detractor tomó dicho juicio sin la menor duda de que no fuese un juicio equivocado. Por tanto, hacemos la pregunta, ¿se equivocó Bill H. Reeves en cortarme la comunión, por andar, según él, con un hermano de mala fama? Puedo decir con toda certeza que sí, nuestro hermano Bill H. Reeves se equivocó. No solo se equivocó en su procedimiento, pues jamás se comunicó conmigo para amonestarme o preguntarme sobre el asunto, sino también se equivocó en informar a otros sobre dicho corte de comunión, con la manera tan ambigua con que lo hizo, sin mencionar nombres que precisasen su señalamiento. Se equivocó también al haber juzgado a “un hermano” por cierta “mala fama” que jamás aclaró el cómo se enteró de ella, ni cómo supo que el hermano que tenía en mente era culpable de alguna falta. Nuestro hermano, durante su ministerio, siempre se condujo con una propiedad y con mucha prudencia en casos semejantes, pero en este caso particular, el hermano Bill H. Reeves se equivocó terriblemente.
Afortunadamente sí hubo hermanos que lo amonestaron. Por ejemplo, los hermanos Jorge Maldonado y Jorge L. Maldonado, antes de que nuestro hermano Bill H. Reeves falleciera, dialogaron con él sobre este asunto. He aquí el testimonio de los hermanos con respecto a esta cuestión de mi corte de comunión por parte de Bill H. Reeves.
A Quien Corresponda:
A finales del año 2018 (diciembre 14-16) la iglesia local tuvo una breve serie (la última) con el hermano Bill Reeves. Durante estos días, el hermano se hospedó en casa de mis padres, como siempre lo hacía. Por muchos años fue compañero de mi papá y vecino, viviendo en la misma calle, por ocho años.
Estando en casa, mi papá le hace una pregunta acerca de su relación con el hermano Luévano. El hermano Bill le dijo que últimamente no tenía comunión con Luévano por “juntarse” con un hermano que decían ser adúltero (en otra ocasión nos dijo lo mismo a nosotros dos). Esto le sorprendía (y dolía) al hermano Bill, pues tenía al hermano Luévano en alta estima. Siempre hablaba bien de este hermano. En varias ocasiones, él mencionaba el respeto que tenía hacia él. El hermano Bill no conocía quien sería este otro hermano llamado “adúltero”.
Le mostramos unas cartas que probaban lo contrario. El hermano Bill nos dijo que no sabía acerca de esta información. Al leer ciertas porciones de estas cartas, se dio cuenta que las acusaciones en contra de aquel hermano eran de otra índole, no de adulterio. Nos dijo que se llevaría las cartas, lo cual hizo, y que las leería más detenidamente.
Al final de la conversación, el hermano Bill dijo algo así: A veces nos equivocamos en nuestro juicio (refiriéndose a su decisión de no tener comunión con el hermano Luévano) y si es necesario retractarnos (o corregirnos), lo tendremos qué hacer.
Al terminar la serie, llevamos al hermano Bill a su casa, un viaje como de 5 horas y ya no le pudimos ver más.
Atentamente,
Jorge Maldonado / Jorge L Maldonado
104 Skytrail
New Braunfels, Texas 78130
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Según el testimonio de nuestros hermanos, el hermano Bill H. Reeves ni siquiera estaba bien informado sobre esa persona que él dijo era “de mala fama“. Una cosa sí es segura, el hermano Bill Reeves ni siquiera sabía de quién se trataba. Luego, cuando el detractor y falso maestro Fernando Mata habla por Bill H. Reeves, afirmando de manera categórica que se refería a Luis Adriano Barros, habla sin saber, engañando terriblemente a quienes le creyeron su delirante discurso. En segundo lugar, el hermano Bill H. Reeves tenía en mente a una persona que era “adúltera“. Nada de que era “acosador sexual, libidinoso, lujurioso, estafador” y demás cuentos que el detractor y falso maestro Fernando Mata también mete de manera maliciosa en las palabras de Bill H. Reeves. En tercer lugar, se hace evidente el error de nuestro hermano Bill H. Reeves en su proceder, pues no conocía la otra parte de la historia. Él solamente conocía un lado del asunto, y cualquier persona sabe que, semejante juicio es por demás equivocado (cfr. 1 Timoteo 5:21; Santiago 2:1). Afortunadamente, nuestro hermano tuvo la intención de corregir, diciendo, “A veces nos equivocamos en nuestro juicio (refiriéndose a su decisión de no tener comunión con el hermano Luevano) y si es necesario retractarnos (o corregirnos), lo tendremos qué hacer“.
Con esto he demostrado que el detractor y falso maestro Fernando Mata:
- Miente cuando dice que yo borré el artículo del corte de comunión de Bill H. Reeves.
- Miente cuando dice que lo hice por estarnos afectando a Luis Barros y su servidor.
- Miente cuando dice que tuve la intención de ocultarlo de la vista de la hermandad.
- Miente cuando afirma que Bill Reeves se refería a Luis Barros cuando habló de “mala fama”.
- Miente cuando afirma que Bill Reeves hablaba de otra cosa que no fuera “adulterio”.
Indiscutiblemente, y por donde el detractor y falso maestro Fernando Mata le busque, he probado que es mentiroso, engañador, chismoso y malicioso. ¿Son necesarias más evidencias para que usted, que pretende vivir conforme a la voluntad de Dios, no siga comulgando con este detractor y falso maestro de Fernando Mata?
Lorenzo Luévano Salas.
Siervo de Cristo.