Fue el 13 de septiembre del año 2006, cuando Delfino Urbina me escribiera, diciendo, “Hola mi hermano Luévano… siga firme en la sana doctrina, yo espero encontrarnos personalmente y conocernos mejor, posiblemente lo invitemos a una serie, ya no tengo duda de su conversión, pues entiendo que si realmente usted estuviera mal, no se resistiría a la obediencia correcta”. Sin embargo, su “entendimiento” de todo esto ha cambiado, según lo hace manifiesto en un correo que enviara al hermano Barney Mejía el 10 de diciembre del 2008. ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Por qué su cambio? ¿Por qué tiene “dudas” ahora? ¿Quién y cómo hizo que cambiara su comprensión del caso? ¿Por qué cree que ahora sí me estoy resistiendo a la obediencia correcta, siendo que había entendido precisamente lo contrario? Como será patente, lo hace a causa de que alguien le convenció de ello. He aquí sus palabras, y algunos comentarios de mi parte.
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