Fernando Pava dice que la “leche espiritual” de 1 Pedro 2:2, se adultera, cuando se mezcla «con pensamientos como: “Yo creo”, “Yo pienso”, “supongamos”, “así me enseñaron”, “imaginemos”». He aquí la evidencia de lo que dice Pava, avalado por su falso maestro, el detractor Fernando Mata:
Sin embargo, debemos tener cuidado con eso, pues tales “pensamientos” no están en conflicto con la palabra de Dios nada más por ser “pensamientos” o por ser nuestros. Tales “pensamientos” solamente pueden ser rechazados cuando son contarios a la Palabra de Dios, PERO no así cuando son conformes a la palabra de Dios (cf. 1 Pedro 4:11). He aquí algunos ejemplos bíblicos, donde tales “pensamientos” son del todo legítimos y aprobados por Dios:
- 1 Corintios 7:26, “PIENSO que, a causa de la crisis actual, es bueno que cada persona se quede como está” (NVI)
- 1 Corintios 7:40, “En MI OPINIÓN, ella será más feliz si no se casa, y CREO que yo también tengo el Espíritu de Dios” (NVI)
- Lucas 7:43, “SUPONGO que aquel a quien más le perdonó —contestó Simón. —Has juzgado bien —le dijo Jesús”. (NVI)
- Lucas 1:3, 4, “Por lo tanto, yo también, excelentísimo Teófilo, habiendo investigado todo esto con esmero desde su origen, he decidido escribírtelo ordenadamente, para que llegues a tener plena seguridad de lo que TE ENSEÑARON”. (NVI)
- Lucas 17:7, “SUPONGAMOS que uno de ustedes tiene un siervo que ha estado arando el campo o cuidando las ovejas. Cuando el siervo regresa del campo, ¿acaso se le dice: “Ven en seguida a sentarte a la mesa”? (NVI)
- Santiago 2:2, “SUPONGAMOS que en el lugar donde se reúnen entra un hombre con anillo de oro y ropa elegante, y entra también un pobre desharrapado”. (NVI)
- Santiago 2:15, “IMAGÍNENSE el caso de un hermano o una hermana que andan mal vestidos y faltos del sustento diario.” (BHTI)
- 1 Pedro 4:17, “Ha llegado ya el momento de que Dios juzgue a todos, y de que empiece por juzgar a su propio pueblo. Y si empieza por nosotros y nos hace sufrir así, ¡IMAGÍNENSE lo que les espera a los que no obedecen la Palabra de Dios!” (TLA)
Este grupo de falsos maestros escrupulosos, también creen que uno no puede argumentar, diciendo, “Y si…”. Ahora, vea algunos ejemplos bíblicos:
- Mateo 5:30, “Y SI tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”.
- Marcos 10:12, “Y SI la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio”.
- Lucas 13:9, “Y SI diere fruto, bien; Y SI no, la cortarás después”.
- Juan 18:23, “Jesús le respondió: SI he hablado mal, testifica en qué está el mal; Y SI bien, ¿por qué me golpeas?”
Así que, mucho cuidado con los ESCRUPULOSOS, que, queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman (cf. 1 Timoteo 1:7). Toda “opinión”, o “creencia”, o “enseñanza”, o “hipótesis”, o “pensamiento” que sea conforme a las Escrituras, o que ilustre una verdad bíblica, es un pensamiento, o una opinión correcta, bíblica, espiritual. No se deje engañar por estos falsos maestros. Recuerde, no es lo mismo ser bíblicos, a ser escrupulosos. Sin embargo, los falsos maestros suelen afirmar tales cosas, porque entonces sus doctrinas quedan expuestas como falsas. Ellos no quieren que usted razone, que usted piense, sino que solamente se quede con la “interpretación errada” que ellos hacen de ciertos textos bíblicos, y así promover su falso evangelio. Por ejemplo, ellos afirman que “la salvación del inconverso depende de ser bautizado por un cristiano”, y cuando argumentamos, diciendo, “Y si en tu línea de bautizadores, hubo un no cristiano, ¿eres salvo?” Ellos rechazan el razonamiento, con el pretexto de que no podemos pensar, opinar, suponer o imaginar determinada circunstancia que, por lo regular, muchas de ellas son reales e históricas. Lo más patético, es que algunos de ellos, incluso han llegado al grado de decir que “la historia” no tiene autoridad como la que tiene la Biblia, y si la historia dice que las iglesias de Cristo en América iniciaron con inconversos siendo bautizados por inconversos, cierran sus ojos, y con todo fanatismo, dicen, “yo solo creo lo que dice la Biblia”. ¿Qué le parece? ¡Ha! Pero el “parecer” no importa, ¿verdad? ¡Increíble!