Poco a poco los promotores de ese nuevo plan de salvación, en el que dicen que “el bautizador cristiano es necesario para la salvación”, van matizando su creencia. Por ejemplo, primero decían que “solo los miembros de la iglesia de Cristo pueden bautizar”, o “solo los cristianos pueden bautizar”. Cuando hemos confrontado esas ideas a la luz de los mismos textos que ellos usan para fundamentar su error, ya algunos de ellos se están dando cuenta de su posición equivocada. Aunque con torpeza, poco a poco van entendiendo que sus textos como Hechos 8:36-37, no enseña que “solo los miembros” o “solamente el cristiano”, puesto que “los miembros” y “los cristianos” se componen de “hombres y MUJERES”. Por tanto, y dado que sus textos de apoyo hablan solamente de “varones”, lentamente están entendiendo la contradicción que provocan entre lo que creen (exclusivamente “cristianos”, únicamente “miembros de la iglesia”) y lo que realmente dicen los textos bíblicos involucrados.
Es así que ahora, ya algunos de ellos están diciendo, “solamente varones cristianos” o “solamente miembros de la iglesia de Cristo que sean varones”. Sin embargo, y tristemente para ellos, esta acotación no le ayuda en nada a su doctrina extra bíblica. ¿Por qué? Porque ahora tendrán que volver a corregirla, siendo que los textos citados por ellos no hablan simple y sencillamente de “varones cristianos”, o de “varones miembros de la iglesia de Cristo”; sino que incluyen otras características, entre las cuales podemos señalar las que son de tipo ministerial, es decir, apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. También se incluyen las de tipo moral, tales como el buen testimonio, o las de tipo espiritual, como el ser llenos del Espíritu Santo y de sabiduría. En otras palabras, los bautizadores que tenemos en los “ejemplos bíblicos normativos” que los escrupulosos usan para fundamentar su doctrina, nos enseñan individuos con determinadas características raciales, biológicas, ministeriales, morales y espirituales. Así como los apóstoles eran varones, también eran de origen judío, y nada más que judíos fueron apóstoles. Pues de la misma manera, los individuos que vemos bautizando en el Nuevo Testamento, todos son varones, pero también todos son judíos. Considere a Felipe y a Pablo, de quienes leemos en el Nuevo Testamento que, sin lugar a dudas, bautizaron. ¿Qué tenemos? ¿Qué características tienen?
Desde luego, no será nada fácil que los escrupulosos entiendan que sus textos de prueba, no enseñan que la validez del bautismo descansa en las características raciales, biológicas, espirituales, ministeriales y morales de los bautizadores que en los textos bíblicos encontramos. De entenderlo y reconocerlo, ¿cuántos de ellos quedarán con su bautismo invalidado, porque el que los bautizó era un “varón cristiano”, pero que no gozaba de “buen testimonio”, como Ananías, o Felipe, o Pablo? ¿Cuántos de ellos quedarán con su bautismo invalidado, siendo que, quien los bautizó, no era un varón cristiano “lleno del Espíritu Santo y de sabiduría” como lo era Felipe? Si quien los bautizó a ellos no era “apóstol”, o “evangelista”, o “profeta”, o “pastor”, o “maestro”, entonces sus bautismos fueron vanos, siendo que sus bautizadores no tenían las características que los ejemplos bíblicos contienen. Quedarán fuera del reino de Dios por haber sido bautizados por alguien que cometió fornicación, o que es maldiciente, o divisionista, o contencioso, o que tiene mal testimonio, o que está desacreditado por el mundo, o por la iglesia, o porque no tenía un ministerio, o porque practicaba o predicaba falsa doctrina.
Ahora, aunque logren bregar con el hecho de que la raza del bautizador es irrelevante; aun así, tienen que lidiar con las otras características. Pero, ¿Cuántas van a dejar de lado? ¿De cuántas de ellas van a prescindir? ¿Bajo qué criterio pueden excluir una, o dos o más características del bautizador? Si tuviesen el atrevimiento y la torpeza de despreciar a la mayoría de características, dejando solamente la biológica y la espiritual, ¡eso no los salva! Primero, su arbitrariedad e inconsecuencia será absolutamente vergonzosa y, además, tendrán que probar que todos y cada uno de los varones que son parte de su ascendente línea bautismal, todos cumplían las características biológicas y espirituales que los textos indican. Si no, entonces ¡están muertos en sus pecados!
Ante esta insalvable situación, los promotores de ese nuevo plan de salvación, están prontos para acusarnos de que estamos queriendo probar que “en el Nuevo Testamento hay ejemplos de no cristianos bautizando”. Ellos saben que jamás hemos propuesto una idea como esa; sin embargo, ¿qué podemos decir ante esas patadas de ahogado? ¿Qué haremos para refutar de una vez por todas ese argumento distractor? Bueno, yo les puedo decir que el texto que solicitan, donde un no cristiano bautizó, siempre lo han tenido en frente de sus narices. ¿Nunca lo han leído? ¿Saben cuál es? Es el mismo texto donde dice que individuos sin todas y cada una de las características antes indicadas, bautizaron. Sé que ellos deben tener ese texto bíblico, porque validan y aceptan los bautismos realizados por personas que no son “judíos”, o que no son “apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros”, o que no tienen “buen testimonio”, o que son “liberales”, “sola copa”, “del velo”, “institucionales”, de “mal testimonio”, practicantes de la “navidad”, promotores o negacionistas del “divorcio y segundas nupcias” por cualquier causa, o de quienes predican “otro Jesús”. ¿Qué diremos cuando ellos validen y aceptan el bautismo de tales personas, cuando al mismo tiempo nos piden el texto bíblico de no cristianos bautizando? Pues que ¡Allí tienen su texto bíblico!
Como vemos, aunque los falsos maestros que han inventado un nuevo plan de salvación puedan matizar su doctrina todo lo que quieran, siempre serán refutados por las Escrituras y la razón.